INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGIA AGROPECUARIA

Programa Pro-Huerta

El Programa Pro-Huerta que llevan adelante el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y el Ministerio de Desarrollo Social, se trata de una iniciativa enmarcada en el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria "El Hambre más Urgente", que busca mediante la autoproducción en pequeña escala de alimentos frescos por parte de sus destinatarios, que los mismos, accedan a una alimentación saludable con una dieta más diversificada y equilibrada. Pro-Huerta amalgama la capacitación progresiva, la participación solidaria y el acompañamiento sistemático de las acciones en terreno, resultando estratégicos en su operatoria la intervención activa del voluntariado (promotores) y de redes de organizaciones de la sociedad civil.

Fundamentos

El Programa Pro-Huerta surge de una iniciativa de carácter nacional atenta a revertir la situación de vulnerabilidad social de familias urbanas y rurales situadas bajo la denominada "línea de pobreza", incluyendo también a niños en escuelas de áreas socialmente críticas, priorizando aquéllas con comedor escolar. La población atendida incluye desempleados, subocupados, minifundistas, asalariados rurales, comunidades aborígenes, familias pauperizadas y población vulnerable en términos de seguridad alimentaria.

Población atendida por Pro-Huerta según ocupación del jefe de familia

La consolidación de esta iniciativa cuenta con una historia de más de quince años de ejercicio de solidaridad y compromiso entre la población y el sector público. El Gobierno Nacional, que desde 2003 definió los alcances de un Plan Nacional de Seguridad Alimentaria "El Hambre más Urgente" (PNSA), a través de la Ley 25.724, ejecuta mediante la participación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (MDS), los objetivos y alcances de Pro-Huerta.

Se trata de un programa enmarcado en la seguridad alimentaria que busca, mediante la autoproducción en pequeña escala de alimentos frescos por parte de sus destinatarios, que los mismos accedan a una alimentación saludable con una dieta más diversificada y equilibrada. Pro-Huerta amalgama la capacitación progresiva, la participación solidaria y el acompañamiento sistemático de las acciones en terreno, resultando estratégicos en su operatoria la intervención activa del voluntariado (promotores) y de redes de organizaciones de la sociedad civil.

El modelo técnico promovido en la producción de las huertas se apoya en los principios de la agricultura orgánica, complementándose con una fuerte penetración territorial, valoración social y eficacia para la incorporación de alimentos frescos en la dieta de los hogares pobres; constituyéndolo así en una herramienta válida para mejorar y diversificar la alimentación de sectores socialmente vulnerables, particularmente frente a situaciones de desnutrición crónica por insuficiencia de micronutrientes.

Así, dentro de la Red Federal de Políticas Sociales, Pro-Huerta brinda asistencia técnica, capacitación, acompañamiento y provisión de insumos biológicos, tanto a familias como a redes prestacionales (comedores, grupos comunitarios, escuelas, etc.), al tiempo que apoya con su modelo de gestión otros planes puestos en marcha por el MDS como son el Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Solidaria "Manos a la Obra" y el Plan Nacional Familias por la Inclusión Social, formando parte también, dentro del plano institucional del INTA, del Plan Nacional de Desarrollo Rural Sustentable (Pro-Feder).

Tales políticas se orientan a dar un salto cualitativo desde respuestas asistenciales ante la emergencia hacia la promoción del crecimiento económico y social de cada localidad, consolidando una red de inclusión social y favoreciendo una mejor calidad de vida de las familias y personas en todo el país.

Las acciones centradas en los ámbitos familiar y comunitario se apoyan en el respeto de las particularidades y costumbres de cada región del país al igual que los espacios comunitarios, favoreciendo la construcción del capital social, mediante la generación de capacidades, el estímulo a la participación y organización, el fortalecimiento de las redes solidarias y una estrategia de abordaje integral. De este modo, las actividades de capacitación y asistencia técnica como procesos sostenidos constituyen una inversión social imprescindible para el logro de los objetivos propuestos.

Presencia territorial y red de Entidades copartícipes

Pro-Huerta está presente en más de 3600 localidades distribuidas en todas las provincias del país y cuenta con más de 19.000 promotores o agentes multiplicadores voluntarios, en su mayoría mujeres, que acompañan la labor de alrededor de 1.000 técnicos intervinientes. Su red de vinculación comprende más de 8.900 Instituciones, entidades u organismos de muy diverso tipo, entre las que se destacan: municipios, organizaciones de base, hospitales, centros de salud, entidades religiosas, minoridad y discapacitados, centros de jubilados, organizaciones no gubernamentales, programas y organismos provinciales.

Promotores intervinientes del Pro-Huerta

Tipo de promotores intervinientes del Pro-Huerta

Técnicos del Pro-Huerta

El programa se organiza bajo una mínima Unidad Central de coordinación Técnico-Operativa y 25 Coordinaciones Provinciales. Su operatoria es descentralizada y gracias a la articulación interinstitucional con organizaciones locales, Pro-Huerta ha conseguido una gran expansión de su alcance y una significativa penetración territorial, llegando de manera directa al beneficiario.

Ubicación relativa de las Huertas

Criterios de accesibilidad

Las instituciones locales son las que encaran, a través de sus promotores y en conjunto con los técnicos del Programa, la tarea de identificar la población objetivo en términos de seguridad alimentaria, lo que fortalece el control social sobre el Programa en sí. Como condición necesaria para acceder al programa se requiere disponer de la superficie mínima necesaria para la implantación de una huerta y participar en las instancias de capacitación que brinda el Programa.

Pro-Huerta propone una participación activa de sus beneficiarios en tanto asumen compromisos para su permanencia en el cultivo de la huerta, en tanto que los procesos de capacitación contemplan las siguientes estrategias:

• Actividades formales, que responden a diferentes áreas temáticas y que resultan indispensables para la implementación y aprovechamiento de la huerta/granja orgánica. Tales actividades adoptan la forma de talleres, cursos, jornadas con demostración, etc.

• Actividades no formales: consideradas un componente permanente del programa, ya que aquí se aplican dos recursos de gran importancia pedagógica: el efecto demostración y el valor de lo testimonial. Estas actividades comprenden, por ejemplo, todo encuentro entre promotores y beneficiarios, intercambios entre éstos y los técnicos, entre los propios "huerteros", etc.

El Pro-Huerta planteó, desde sus inicios, la necesidad de adecuar diferentes estrategias de capacitación, según los niveles de evolución que los grupos beneficiarios o promotores fuesen alcanzando en su trayectoria dentro del programa. Asimismo, a lo largo del tiempo, se han desarrollado diferentes publicaciones, documentos y cartillas informativas, basadas en las experiencias de capacitación en rubros como:

• Huerta Orgánica y Agroecológica

• Huerta Escolar

• Educación Alimentaria y Cocina

• Abonos orgánicos

• Agricultura Urbana

• Aromáticas y Medicinales

• Conservación de Alimentos

• Construcción y Tecnologías Apropiadas

• Cultivos Bajo Cubierta

• Herramientas

• Frutales

• Granja

• Horticultura por Especies

• Plagas y Enfermedades

• Semillas

• Agua y Riego

Tal como se indicó en lo metodológico, la capacitación constituye el eje de la propuesta, centrada en la concepción en procesos educativos y una visión de "construcción conjunta del conocimiento"; donde las semillas provistas no son más que el "disparador" de una compleja trama que pone en movimiento saberes, valores y recursos para incrementar las capacidades de la gente.

Este proceso, inicialmente centrado en la provisión e intercambio de semilla, afortunadamente hoy ha evolucionado, consolidándose en el plano productivo y generando cada vez más, demandas vinculadas a procesos de comercialización y certificación de productos, superando con ello los objetivos originales.

Las huertas ejecutadas por los beneficiarios del Pro-Huerta son monitoreadas y supervisadas periódicamente por los promotores y el personal técnico del programa. La información obtenida se recopila y sistematiza para la confección de los datos estimativos o preliminares de la evolución de la campaña en curso.

Impactos del programa

Pro-Huerta cuenta hoy con más de 617 mil huertas logradas, llevando beneficios a más de 3.5 millones de personas.

 

Huertas Logradas

Huertas Total

Tipo de huerta

Familiares

Escolares

Comunitarias

Total

605.822

7.047

4.757

617.626

 

Población alcanzada en Huertas

Población

Total

Tipo de huerta

Familiares

Escolares

Comunitarias

Total

2.910.168

475.064

145.810

3.531.042

 

En términos generales, los estudios de impacto de la aplicación del Programa ponen de relieve que, tanto en el caso de las huertas familiares como las comunitarias, los modelos atienden apropiadamente las condiciones de autoabastecimiento, mientras que las huertas escolares cumplen un rol principalmente motivacional y pedagógico, complementando subsidiariamente el aprovisionamiento del comedor escolar.

Asimismo, evaluaciones nutricionales realizadas de acuerdo a las estimaciones de producción de huertas familiares típicas, consignan que éstas cubrirían no menos del 72% de la recomendación global de consumo y valores aproximados a un 75% y 37% de las recomendaciones de vitaminas A y C respectivamente.

Rasgos cualitativos del Programa tales como la opinión de los beneficiarios sobre el programa, expresada indirectamente mediante el orgullo o el entusiasmo por la propia huerta, la relación de respeto y confianza hacia técnicos y promotores, el énfasis en la valoración del aporte alimentario para su familia, tanto por ser sano como por resolver una necesidad inmediata, así como también la autovaloración de la tarea realizada, dan forma a una identidad lograda –mencionada frecuentemente como "la mística de Pro-Huerta"- que se basa en la elevada pertenencia de sus distintos actores y es propiciada por estilos de coordinación que fomentan el funcionamiento horizontal y el desarrollo de estrategias participativas.

Finalmente, desde la perspectiva ambiental se ha constatado que el Programa contribuye a mejorar las condiciones sanitarias del área en que discurre, fortalece la biodiversidad al continuar la producción de especies autóctonas o desplazadas adaptadas a nivel local e integra el aprovechamiento y apropiación de técnicas ancestrales de probado éxito con avanzados conocimientos agronómicos, con el fin de facilitar que sea la propia población destinataria del Programa quien produzca su alimentos de manera eficiente social, económica y ambientalmente sustentable.

Los logros de Pro-Huerta son contundentes, sus impactos sumamente positivos y su presencia activa en todo el territorio nacional, lo ha convertido en un ícono de pequeña producción, cuyo modelo ha trascendido la frontera Argentina y es adoptado hoy por otros países de América.